La inteligencia y la sensatez no es algo que abunde entre
los líderes de la revolución «bolivariana» de Venezuela. Traer cazas de Rusia
es un ejemplo de su torpeza. La sobrevivencia de esa desastrosa dictadura es
debido, en parte, al poco interés de Washington en el asunto. Los Estados
Unidos poco mira hacia el sur del continente. Traer bombarderos es llamar la
atención, es darle importancia geoestratégica a la región.
Pero es una buena excusa para revisar las relaciones entre las américas. Para los Estados Unidos, por ejemplo, es más cool inflamar los ánimos del mundo con amenazas al mofletudo de Corea del Norte, que andar quitando dictadorzuelos tropicales.
Pero el mundo está cambiando vertiginosamente. El
equilibrio global se está perdiendo de forma peligrosa, la balanza, tanto
económico como militar, se está inclinando hacia el hemisferio oriental. Rusia
afianza sus poderes entre sus vecinos, anexa un poco de tierra acá, amarra acuerdos
allá, manda aviones acullá. China, por su parte, está surfeando en la cresta de
una ola planetaria. La nueva ruta de la seda es un ejemplo. Se trata de un
megaproyecto futurista, de unos diez mil kilómetros de trenes y autopistas, para
llevar sus manufacturas de Chong Ging a Europa, a través de Kazajstán y Rusia.
Este proyecto tendrá, sin dudas, efectos geopolíticos a largo plazo.
Es paradójico, mientras oriente abre caminos las américas
erigen muros. Los Estados Unidos sufren de miopía, no ven lo que tienen cerca.
Pero el futuro de este continente no está en la península de Corea, en la de Indochina
o en cualquier otra, sino aquí, en su vecindario. Tal vez sea hora de echar una
mirada a nuestra historia. A finales del siglo catorce los españoles
construyeron El Camino Real de Tierra
Adentro, una ruta comercial de 2.560 kilómetros, que se mantuvo abierta
hasta 1882. Era un camino de espíritu integrador. En octubre de 1996 se celebró
en Nuevo México la Second International
Conference on El Camino Real de Tierra Adentro, en el 2000 fue declarada National Historic Trail y en el 2010 la
UNESCO la declaró patrimonio de la humanidad. Es una muestra de que los
antiguos eran más inteligentes que nosotros.
Ahora que los rusos emplazan de nuevo armas en suelo
americano no solo hay que alarmarse y recordar la crisis de los misiles de
Cuba, sino aprovecharlo para una nueva mirada sobre algunos tópicos como la
inmigración, el reforzamiento de los intercambios comerciales y las rutas. Los
Estados Unidos debería superar su odio visceral a los latinos, porque está desaprovechando
una incalculable fuente de riqueza. En vez de erigir muros y disparar contra
los inmigrantes, debería estar pensando en una ruta panamericana real, con
autopistas y trenes desde Juneau a La Patagonia, con libre paso de personas
como de mercancías.